Agotadas las existencias del USB Killer, capaz de destruir en segundos casi cualquier tipo de dispositivo electrónico

Agotadas las existencias del USB Killer, capaz de destruir en segundos casi cualquier tipo de dispositivo electrónico

Con apariencia de pen-drive, realiza una descarga de 240 voltios que puede destruir en segundos el aparato electrónico al que se conecta

El USB Killer V2.0 es un nuevo dispositivo electrónico con un apariencia de pen-drive capaz de destruir en segundos mediante una descarga eléctrica la mayoría de ordenadores, televisores o cualquier otro aparato electrónico a los que esté conectado a través del puerto USB. Según sus creadores, alrededor del 95% de los dispositivos con los que han realizado pruebas están afectados por el ataque de este «pen-drive». Solo los dispositivos de la marca Apple cuentan con un escudo frente a la descarga eléctrica.

Su precio es de 49,95 euros y está temporalmente fuera de stock, según se informa en la página web de la empresa que lo distribuye. Junto a éste o de forma independiente, también existe la posibilidad de adquirir el USB Killer Tester, otro dispositivo que permite comprobar el funcionamiento del USB Killer protegiendo la máquina a la se encuentra conectado. Su precio es de 13,95 euros e igualmente se encuentra agotado

Funcionamiento y target del USB Killer

El funcionamiento de este particular USB es el siguiente: cuando se conecta al ordenador, o a otro dispositivo, va almacenando potencia hasta que llega a los 240 voltios, momento en el que descarga toda esta potencia. Este proceso de carga y descarga se realiza de forma muy rápida y de forma cíclica, solo interrumpido hasta que el USB Killer se desconecte o el circuito del aparato al que esté conectada se rompa completamente.

Sus creadores defienden que se trata de un dispositivo para testear la resistencia de los puertos USB contra ataques por sobrecarga eléctrica. Asimismo, lo definen como un producto orientado hacia diseñadores de hardware, auditores de seguridad, penetration testers y el público en general, especialmente aquellos «que quieran testear o destruir sus propios dispositivos».